8 de julio de 2013

APOSTANDO POR EL ORO Y LA INFLACIÓN

"¿Subirá o bajará la bolsa?". Ésta es la pregunta que se hacen la mayor parte de los inversores, desde el más minoritario hasta los grandes fondos. Sin embargo hay otro interrogante que la eclipsa y es "¿qué está sucediendo con el oro?".

Los commodities, en general, son un tema que la gran mayoría deja para los inversores más especializados. El oro, no obstante, ha obtenido cierto protagonismo después de subir un 300% desde 2005 hasta alcanzar su máximo histórico de 1923,7 en el futuro del oro. Esta subida parabólica ha estado marcada por una corrección de cerca de un 40% que le ha llevado a alcanzar hace sólo unos días un suelo de 1179 dólares la onza. Sin embargo es complicado valorar el oro, ya que no se pueden obtener datos financieros como balances o BPA, y su precio no está muy correlacionado con la producción mundial ya que ésta es muy estable. Por lo tanto su valoración refleja el sentimiento del inversor.



El oro es un producto especulativo y está sujeto a patrones parecidos a los de las acciones. Esto significa que después de una subida parabólica del 300% en 8 años, se puede esperar que se produzca una caída. Y si este desplome llega a ser más profundo de lo esperado podría desatarse el pánico ya que son muchos los inversores que lo compran. Este comportamiento del oro es de lo más normal en un mercado alcista a largo plazo. El preciado metal subió demasiado rápido. En la actualidad se ha depreciado con la misma celeridad pero nada ha cambiado. La gran subida del oro está totalmente vinculada a la impresión de dinero y a los tipos de interés reales negativos. Esta situación no ha acabado y, de hecho, va en aumento ya que ahora tenemos QE3* en Estados Unidos y el Banco de Japón se encuentra inmerso en un “mega-QE”, además de tipos de interés reales negativos en gran parte del mundo desarrollado.

Esta gran corrección está relacionada con el miedo de los inversores a que el QE americano disminuya. Esta situación podría llegar a ocurrir, sin embargo los tipos de interés negativos no van a cambiar durante mucho tiempo y esto llevaría a una inflación elevada a medio plazo. Si llegara ese momento, los especuladores se darían cuenta de que el mejor refugio contra la inflación desde los tiempos de Babilonia es el oro. Una estadística muy conocida es que en tiempos del Rey Nebuchadnezzar de Babilonia (Siglo VI a.c.), una onza de oro compraba 350 barras de pan. A día de hoy, tomando una media sacada del Departamento de Estadística Estadounidense sobre el precio medio de una barra de pan ($1.5) se podrían adquirir contando con esa misma onza hasta 832 barras.

Como reserva de valor, el oro ha superado el test del tiempo. ¿Seguirá así? Nosotros creemos que sí, sobre todo cuando la última semana hemos visto la mayor aceleración de la demanda de oro físico en nueve semanas. Esto no quiere decir que a corto plazo no pueda haber otro nuevo mínimo. Lo que podemos predecir es que la inflación es cíclica y este período de baja inflación estará seguido por otro de nueva alza. Si esta situación no llegase a producirse, los bancos centrales seguirían imprimiendo dinero para estimular la subida de los precios. Incluso si sucediera un tercer caso hipotético e improbable como que se diese una guerra mundial, el oro también subiría. Ante cualquiera de los casos, el oro seguiría siendo una buena inversión. 


* QE3: Siglas conocidas como "Quantitative Easing". Se trata de una herramienta de política monetaria que sirve para estimular la economía. Es utilizada por algunos bancos centrales para aumentar la oferta de dinero. Supone una emisión monetaria que se utiliza para comprar activos a los bancos para que cuenten con la posibilidad de prestar dinero.